¿REALMENTE HAY UN IMPACTO?
Aunque es una situación de la que se prefiere no hablar y sigue siendo un tema tabú, donde se involucran algunos factores socioculturales, es importante reconocer que existen diferentes condiciones que producen disfunción sexual masculina, las cuales comprometen el desarrollo de una vida sexual plena, afectan su calidad de vida e impactan de forma negativa en la relación de pareja. Entre las disfunciones sexuales se encuentran la disfunción eréctil (DE) o impotencia, eyaculación precoz, falta de deseo sexual o deseo sexual hipoactivo, orgasmos sin eyaculación, dispareunia (dolor con las relaciones sexuales), entre otras. En la actualidad, 2/3 partes de los hombres tienen dificultades para plantear este problema a su médico, y menos de la cuarta parte acude a consulta por este motivo.
La disfunción sexual más frecuente es, sin duda alguna, la DE que de acuerdo con el consenso de Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) consiste en la incapacidad de lograr o mantener una erección con suficiente rigidez para tener un encuentro sexual satisfactorio por un periodo mayor o igual de seis meses.
Existen múltiples factores fisiológicos y emocionales que contribuyen al desarrollo de la DE, tales como problemas de estrés, hormonales, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, obesidad y la diabetes mellitus; así como factores de estilos de vida, principalmente una vida sedentaria, mala alimentación, tabaquismo y alcoholismo pueden ser factores que comprometan el desarrollo de una sexualidad plena.
De acuerdo con un artículo publicado en Turquía en 2011, se estima que aproximadamente 140 millones de hombres en el mundo y 30 millones en Estados Unidos padecen DE. Un estudio observacional publicado en la Revista Mexicana de Urología en 2012, reportó que, en una cohorte de 160 hombres entre los 18 y 40 años, el 33.8% tienen DE en su mayoría catalogada como leve o leve-moderada, de los cuales el 75.6% eran solteros, 20% casados y 4.4% en unión libre. (1)
CANNABIS Y SEXUALIDAD MASCULINA
En cuanto al uso adulto del cannabis (para fines no medicinales o recreativos) y cómo afecta o no al desempeño sexual, específicamente en hombres, hay muchos mitos, resultados anecdóticos de usuarios, pero poca evidencia científica al respecto (lo que nos recuerda la importancia de fomentar la investigación científica sobre los efectos del cannabis). “Se encuentran resultados contradictorios en la literatura médica donde, por un lado, se habla sobre el posible efecto “afrodisiaco” del consumo de cannabis de uso adulto, que produce mayor placer, sensación de orgasmos más intensos y de mayor duración y, por otro lado, sobre cómo el consumo de cannabis a largo plazo puede producir dificultades para la erección y eventualmente generar disfunción eréctil”, explica la Dra. Mafer Arboleda, experta en cannabis medicinal.
“Es importante destacar que, después del tabaco y el alcohol, el cannabis es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, con una prevalencia del 4% (más de 190 millones de usuarios cada año a nivel global), y el cannabis de uso adulto es más frecuente en hombres jóvenes en edad reproductiva. Además, ha habido un incremento significativo en su consumo en los últimos 5 años (se espera que los gastos incrementen, de $6,9 billones USD en 2016, a aproximadamente $21,6 billones USD en 2021). A medida que se avanza en la regulación en los diferentes países a nivel mundial, cada vez habrá un mayor acceso y consumo de cannabis tanto para fines medicinales como no medicinales”, agrega la doctora Arboleda, médica anestesióloga especialista en dolor crónico y cuidados paliativos.
Los estudios que examinan los efectos del consumo de cannabis para fines no medicinales en la función sexual masculina han sido limitados tanto en calidad como en cantidad. En un estudio publicado en 2013 en el ‘Journal of Immunology Research’ (2) se encontró que la activación de receptores cannabinoides tipo 2 (CB2) puede ayudar a reducir el estrés oxidativo y mejorar la función endotelial, que generalmente se ven afectados por los altos niveles de colesterol (un factor de riesgo para el desarrollo de DE). Sin embargo, el estudio se realizó en ratones, no en humanos, por lo que se requiere más información.
Para entender en detalle los posibles efectos del consumo de cannabis en la salud sexual masculina, podríamos desglosarlo de la siguiente forma:
LOS PROS DEL CONSUMO DE CANNABIS DE USO ADULTO:
El cannabis (principalmente el THC) produce sensación de euforia y se ha reportado un incremento en el deseo y excitación sexuales según algunos estudios pequeños realizados en los años 70s y 80s, donde se indicó que el 70-85% de quienes consumen cannabis experimentan incremento en el placer y satisfacción sexual, 25-40% reportan una duración prolongada en el acto sexual y 55-70% sensación de tener un orgasmo más intenso.
En una encuesta que se realizó en Estados Unidos en 2017 se mostró que en los hombres que consumen cannabis de forma semanal y diaria, hay un incremento significativo en la frecuencia de relaciones sexuales versus los que no consumen cannabis.
Por otro lado, se habla del posible efecto ansiolítico y de relajación del cannabis, que podría ayudar en situación de DE ocasionadas precisamente por ansiedad y estrés.
LOS CONTRAS DEL CONSUMO DE CANNABIS DE USO ADULTO:
1. Problemas en la eyaculación y orgasmo:
Una encuesta realizada en Australia en 2010 mostró que los hombres que consumen cannabis de forma diaria versus los que no consumen cannabis, tuvieron más problemas para alcanzar el orgasmo o reportaron tener orgasmos de forma más rápida. Los usuarios regulares de cannabis también han reportado inhibición del orgasmo, eyaculación precoz y dispareunia.
Al parecer, el efecto del cannabis sobre el deseo y la motivación sexual están relacionados con la cantidad de cannabis que se consuma. Cantidades bajas producen un efecto estimulante y un mayor consumo tiene efectos negativos (hay que recordar que todo esto viene de estudios realizados en los años 70s).
2. Problemas en la fertilidad masculina:
Otro punto fundamental que se ha estudiado es el impacto del consumo de cannabis para fines no medicinales en la fertilidad masculina. En una revisión sistemática de la literatura publicada en 2019 (3), se identificaron 7 estudios en humanos y 23 estudios preclínicos (en tejido celular y modelos animales) que muestran un efecto negativo en la fertilidad, teniendo en cuenta algunos parámetros del semen como disminución en la motilidad, en la concentración y en el conteo total de esperma. Además, en un estudio se mostró reducción en la concentración de cannabinoides endógenos (como la anandamida y el 2-AG) en los individuos con infertilidad y análisis de semen anormal versus el semen de hombres fértiles. El consumo de cannabis frecuente (de más de una vez por semana) se ha visto asociado con una reducción en la concentración y el conteo total de esperma hasta en un 30%.
3. Problemas en la erección:
En cuanto a la relación entre el consumo de cannabis y salud sexual masculina, en esta misma revisión sistemática de la literatura, se encontraron 15 estudios clínicos y 21 estudios en modelos animales y tejido celular. En general, en los estudios clínicos no pareciera haber relación entre el consumo de cannabis a largo plazo y los niveles hormonales de testosterona, exceptuando en dos estudios con tamaños de muestra pequeños, que sí mostraron una reducción significativa de esta importante hormona.
En ese sentido, el mecanismo por el cual se podría producir disfunción eréctil en quienes consumen cannabis de forma frecuente, parece ser de origen vascular (a través de una disfunción endotelial), ya que se ve afectada la dilatación de los vasos sanguíneos en respuesta a la isquemia.
4. Otros problemas:
El consumo de cannabis frecuente y pesado (al menos una vez por semana por más de 10 años) se ha reportado como un factor de riesgo independiente para el desarrollo de cáncer de testículo (tumores de células germinales) en hombres entre los 18-44 años.
Además, existe un caso registrado de interacción farmacológica al consumir cannabis para fines recreativos y el famoso Viagra (sildenafil) de forma concomitante, incrementando el riesgo de desarrollar infartos agudos al miocardio y otros problemas cardiovasculares. Sin embargo, este es un reporte de caso y se requiere de estudios clínicos controlados para confirmar esta correlación y determinar una causalidad entre el consumo de cannabis y estos tratamientos.
La conclusión a la que podemos llegar es que los resultados con los que contamos en la actualidad son contradictorios, por lo que es necesario realizar más investigación clínica, es decir, estudios de buena calidad en humanos. Además de recordar la importancia de hablar abiertamente de estos temas que buscan, de alguna manera, que el consumo de cannabis se haga siempre de forma responsable y teniendo conocimiento de sus posibles efectos a largo plazo.