LA CONTINUA BÚSQUEDA DE UN ALIVIO A LAS DEMENCIAS
Conmemorando el 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, la Dra. Mafer Arboleda nos cuenta cómo los cannabinoides pueden ser aliados importantes para aliviar algunos síntomas asociados con las demencias.
Pero, ¿qué es la demencia?
La demencia es el término general para denominar al deterioro grave cognitivo y de la capacidad mental que afectan las actividades diarias de una persona. Describe un alto espectro de síntomas que van desde el daño de la memoria hasta la pérdida de habilidades de pensamiento. Algunos tipos de demencia son generados por problemas de tiroides, deficiencia de vitaminas, accidentes cerebrovasculares y la enfermedad de Alzheimer, la más conocida, ocupando el 60% de los casos.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo con cambios neuropatológicos característicos. [5] Es una condición donde las neuronas de una persona se van degenerando, perdiendo la conexión y comunicación entre ellas y, como consecuencia, afectan el pensamiento, comportamiento y las emociones. Es progresiva e irreversible y es uno de los principales tipos de demencia que impacta en la población mayor. Afecta la memoria, el pensamiento crítico y pensamiento común, entendimiento de la realidad, comportamiento, el lenguaje, produce desorientación temporo-espacial, pérdida de objetos, cambios de estado de ánimo y pérdida de iniciativa.
Se calcula que entre 5% y 8% de la población de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Este importante incremento se debe al fenómeno de envejecimiento poblacional al que nos enfrentamos. [6]
Los síntomas pueden variar significativamente, sin embargo, los principales son:
Los principales factores de riesgo para el padecimiento de la demencia tipo Alzheimer son la edad y el género, ya que algunos estudios demuestran que es más frecuente entre mujeres. Otros factores de riesgo a considerar son, complicaciones cardiovasculares, diabetes mellitus, obesidad, sedentarismo, antecedentes de depresión de larga evolución y por último, factores genéticos. Sin embargo, no se conoce con exactitud la causa principal de esta enfermedad. [7]
La demencia no solo afecta al paciente, también tiene repercusiones en familiares, amigos y cuidadores
El cuidado de pacientes con demencias es psicológica y mentalmente demandante. Un alto porcentaje (65% según estudios) de familiares y amigos que se encargan del cuidado de estos pacientes, tiene síntomas de ansiedad y depresión. Mantener información adecuada sobre la naturaleza de la enfermedad y sus avances, puede ayudar a los cuidadores a disminuir los procesos de ansiedad ya que pueden equilibrar las expectativas, conocer los costos que generan los cuidados y prepararse para cualquier eventualidad. [9]
Con el tiempo las personas con demencia van necesitando ayuda con tareas cotidianas desde vestirse hasta tomar un baño. Es importante que las personas encargadas de cuidar a estos pacientes realicen ciertas técnicas, con el objetivo de facilitar el trabajo diario tanto a las personas que sufren del padecimiento, como a ellos mismos, reduciendo el estrés mutuo. Algunas sugerencias incluyen:
Fases de progresión de las demencias
-Fase 1– Leve (1 a 3 años): Se refiere al deterioro cognitivo leve. Pérdida de memoria episódica en la cual las personas olvidan eventos recientes, sin importar que hayan ocurrido 5 o 10 minutos antes. Percepción reducida del medio ambiente. No afecta sus actividades diarias, sin embargo, comienza a existir una pequeña desorientación de lo que lo rodea. Disminución en la concentración.
-Fase 2– Moderada (2 a 10 años): Deterioro cognitivo moderado. Todos los aspectos de la memoria comienzan a fallar y se producen alteraciones en la función cerebral. Les cuesta trabajo expresarse y darse a entender. Pérdida de la capacidad de reconocer a las personas incluyendo aquellas con las que viven. No pueden realizar actividades cotidianas como vestirse o utilizar cubiertos. Aparecen rasgos psicóticos, embotellamiento o represión de emociones. Aspectos repetitivos llegando a la obsesión y cada vez más se vuelven más dependientes de sus cuidadores.
-Fase 3– Severa (8 a 18 años): Deterioro cognitivo severo. En esta fase el paciente presenta problemas cognitivos significativos y esto genera que necesite en menor o mayor medida supervisión en actividades cotidianas. Además, comienza a perder su autonomía y experimenta episodios de agitación y agresión. Se ven afectadas cada una de sus facultades intelectuales. Los síntomas cerebrales se agravan y pueden aparecer temblores y crisis epilépticas. Pérdida de respuesta al dolor, incontinencia urinaria y fecal; la mayoría de las veces los pacientes terminan en cama y con alimentación asistida. [10]
¿El cannabis medicinal puede ser un aliado para aliviar síntomas relacionados con las demencias?
De acuerdo con los resultados de ciertos estudios clínicos, los cannabinoides pueden ser coadyuvantes de las terapias convencionales para aliviar ciertos síntomas asociados con las demencias. Esto, siempre y cuando exista una supervisión médica, y se tengan claras las expectativas del tratamiento con cannabis medicinal, el cual se administra como complemento de las terapias tradicionales. Siempre es necesario hacer una valoración médica para determinar si el paciente es realmente candidato a utilizar tratamientos a base de cannabinoides en este contexto clínico.
Los cannabinoides pueden modular los síntomas y fisiopatología de la enfermedad de Alzheimer a través del sistema endocannabinoide, mismo que tenemos todos los seres humanos. Estos compuestos químicos de la planta de Cannabis sativa tienen un papel importante en la inflamación e inmunomodulación, principalmente uno de sus componentes, el cannabidiol (CBD), que con sus propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras llegan a tener un potencial terapéutico para el tratamiento o manejo de trastornos neuroinflamatorios como la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, no hay evidencia clínica sólida y de buena calidad que confirme que exista modificación en la progresión de la enfermedad con la administración de CBD. [11]