¿CÓMO IMPACTA EL CANNABIS EN TU CEREBRO?

ASÍ FUNCIONA LA MARIHUANA A NIVEL NEUROLÓGICO

 

  • Investigaciones clínicas muestran el beneficio del uso medicinal del cannabis en ciertas condiciones neurológicas como la epilepsia refractaria, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple y migrañas, al controlar síntomas como la ansiedad, insomnio y trastornos del sueño, dolor, espasticidad y crisis convulsivas.

 

  • En algunos estudios se ha demostrado que el uso de productos con predominio de cannabidiol (CBD) ha mejorado la intensidad y frecuencia de crisis convulsivas en los pacientes con epilepsia, una enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas a nivel mundial y donde 1 de cada 3 pacientes es refractario al tratamiento convencional. 


  • El consumo frecuente y en altas cantidades de cannabis para fines no medicinales interfiere en el desarrollo neurocognitivo, memoria y capacidad para realizar tareas complejas. 

 

 

¿Cómo afecta realmente el consumo de cannabis en el cerebro? Como todo, no hay una respuesta sencilla, ya que, si bien es cierto que el uso del cannabis para fines medicinales ha demostrado ser un gran aliado en enfermedades neurológicas, también se ha comprobado que su consumo crónico para fines no medicinales o “recreativos” dificulta al consumidor realizar ciertas tareas mentales mientras se encuentra bajo sus efectos. 

Recordemos que, históricamente, desde hace miles de años la planta de Cannabis ha sido utilizada por muchas culturas con distintos fines: por sus efectos psicotrópicos, elaborar textiles, e incluso como analgésico; sin embargo, no fue sino hasta finales del siglo XX cuando se empezaron a incentivar los estudios científicos relacionados con esta planta milenaria.

Aunque durante décadas la administración del cannabis medicinal ha estado restringida y controlada por los marcos regulatorios de cada país –lo que ha limitado tanto la investigación clínica como la comercialización de productos para uso medicinal e industrial–, en los últimos años se ha observado un avance significativo a nivel mundial que favorece el uso seguro y la prescripción responsable de cannabinoides. Una de las áreas médicas donde estos beneficios han sido estudiados y analizados de forma importante es en la neurología.

 

CANNABIS MEDICINAL EN ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS

La respuesta parcial y/o la ausencia de efectos terapéuticos de ciertos tratamientos tradicionales para algunas enfermedades neurológicas, y la aparición de efectos secundarios poco tolerados por el paciente, ha llevado a los profesionales de la salud a explorar diversas terapias que complementen a los fármacos convencionales. De esta forma, surgen los productos a base de cannabinoides como coadyuvantes en el alivio y control sintomático de determinadas enfermedades neurológicas: esclerosis múltiple, epilepsias refractarias donde se incluyen los síndromes de Lennox-Gastaut y de Dravet, enfermedad de Parkinson, migraña, y otras que se empiezan a estudiar como la demencia tipo Alzheimer, síndrome de Tourette y las distonías, por mencionar algunas. 

 

Cuando hablamos de cannabinoides en neurología, es importante recordar al sistema endocannabinoide, con el cual contamos todos los seres humanos y animales vertebrados. Los endocannabinoides (cannabinoides producidos por nuestro organismo) y sus receptores, se encuentran en diversas áreas tales como el sistema nervioso central, tejido inmunológico y muchos otros órganos y sistemas en el cuerpo, lo que hace posible su efecto terapéutico en estas patologías neurológicas. 

El cannabidiol (CBD) es el principal cannabinoide extraído de la planta que ha sido estudiado en la población pediátrica para padecimientos como la epilepsia; una condición médica que afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo y donde 1 de cada 3 pacientes es refractario al tratamiento convencional. En algunos países como Israel se ha evaluado la eficacia de extractos de cannabis donde predomina el CBD para el control de síntomas asociados a esta enfermedad, encontrando que más del 50% de los pacientes logran una mejoría significativa en la frecuencia de las crisis convulsivas; adicionalmente, se ha reportado una mejoría subjetiva en el comportamiento, el estado de alerta, la comunicación y algunas habilidades motoras. [1]

 

[1]  C. Espinosa-Jovel, Cannabinoids in epilepsy: Clinical efficacy and pharmacological considerations. Neurology, available online 18 April 2020.

 

 

En otros estudios clínicos, se ha visto como el CBD puede ayudar al control de síntomas no motores asociados a la enfermedad de Parkinson tales como la ansiedad, los trastornos del sueño REM, la psicosis, y en general, se observa una mejoría global en la calidad de vida relacionada con la salud de estos pacientes. [2]  

Por su parte, tal como lo afirma y recomienda la Asociación Americana de Neurología [3], el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) en conjunto con el CBD han mostrado ser eficaces y seguros para el alivio de la espasticidad y el dolor neuropático asociados a la esclerosis múltiple, una enfermedad desmielinizante que afecta principalmente a mujeres jóvenes.

También, se ha observado que el CBD y THC brindan beneficios en afecciones neurológicas como demencias tipo Alzheimer, migraña, distonías, síndrome de Tourette, entre otros, porque controlan algunos síntomas asociados a estas enfermedades incluyendo ansiedad, insomnio, inflamación, dolor, espasticidad y rigidez. 

Es imprescindible y apremiante continuar con el desarrollo de evidencia clínica de buena calidad que permita obtener resultados contundentes relacionados con la eficacia y seguridad de los cannabinoides, para así poder impactar de forma positiva en la vida de cientos de personas que padecen y sufren en su día a día los síntomas asociados a muchas de estas patologías neurológicas.

Además, vale la pena reiterar que el cannabis medicinal no es la panacea, y tampoco sustituye a otros medicamentos, pero sí es un gran aliado en el tratamiento de distintas condiciones neurológicas. Aunque todavía falta más investigación al respecto, el panorama es cada vez más alentador en el uso responsable del cannabis y con la adecuada supervisión médica por especialistas capacitados en su prescripción. 

 

[2] Chagas MH, Zuardi AW, Tumas V et al. Effects of cannabidiol in the treatment of patients with Parkinson’s disease: an exploratory double-blind trial. J Psychopharmacol. 2014; 28:1088–1098

[3] Yadav V, Bever C, Bowen J, et al. Summary of evidence-based guideline: complementary and alternative medicine in multiple sclerosis: report of the guideline development subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. 2014;82(12):1083–92.

 

EFECTOS DEL CONSUMO CRÓNICO Y DE USO ADULTO DEL CANNABIS A NIVEL CEREBRAL

Y el uso adulto de cannabis, muchas veces llamado “recreativo”, ¿qué efectos puede tener en nuestro cerebro? El consumo frecuente (diario o varias veces por semana) y en altas cantidades y concentraciones de THC –el elemento del cannabis que produce la sensación de estar ‘high’– puede alterar el desarrollo neurocognitivo y el funcionamiento de diversas regiones del cerebro que permiten que una persona cree recuerdos nuevos y cambie su foco de atención, sobretodo cuando el consumo inicia a temprana edad durante la adolescencia. Por lo tanto, el uso crónico y pesado de cannabis para fines no medicinales puede disminuirdisminuye la capacidad de pensar con claridad e interfeririere con la facultad para aprender y realizar tareas de mayor complejidad. Por otro lado, se ha visto que este consumo frecuente altera el funcionamiento del cerebelo y los ganglios basales, que son regiones del cerebro que regulan el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción, que también se ve afectado. Estos efectos van a ser variables de acuerdo con el método de administración del cannabis. Por ejemplo, mientras que inhalado el efecto es inmediato y su duración es corta (2-4 horas), cuando es ingerido como comestible (los famosos ‘edibles’), el inicio de acción es más tardado (entre 60-90 minutos), y su efecto puede durar hasta 6-8 horas o más. Por esto, la invitación es a seguir educándonos con información que provenga siempre de fuentes confiables, y si se va a utilizar el cannabis para fines no medicinales, mantener un consumo responsable y controlado, como se haría con cualquier otra sustancia.