¿CÓMO PUEDE BENEFICIAR EL CANNABIS A LA MUJER?
Por sus propiedades terapéuticas, el cannabis medicinal puede servir como una herramienta para controlar los síntomas de algunas enfermedades que aparecen específicamente en el sexo femenino, creando una relación muy profunda, especial y específica entre las mujeres y la llamada “medicina verde”.
Y es que, el consumo de cannabis medicinal es más frecuente en mujeres, sobre todo en mayores de 60 años. Esto se debe a que es el grupo más propenso a sufrir de dolor crónico, la principal condición médica para la cual se administran cannabinoides como complemento de las terapias tradicionales.
La prevalencia del dolor crónico es altamente variable. La literatura muestra rangos entre 8.7% y 64.4%, con una prevalencia general del 31%, y una mayor tasa en el sexo femenino. Adicionalmente, se ha estimado que uno de cada diez adultos es diagnosticado con dolor crónico cada año, lo que lo convierte en un enorme problema de salud pública a nivel global.
Por otro lado, una encuesta realizada a usuarios de cannabis para fines medicinales muestra que las mujeres también lo consumen para controlar la ansiedad, náuseas, falta de apetito, el síndrome de intestino irritable y dolor de cabeza, entre otras condiciones médicas; adicionalmente, estas mujeres reportan que consumen cannabis medicinal principalmente por vía oral (en forma de extractos o aceites).
Algunos de los beneficios específicos del uso del cannabis medicinal en la mujer son:
La endometriosis es una enfermedad crónica donde el tejido endometrial, que es el que recubre al útero, comienza a crecer en otras estructuras u órganos pélvicos, y afecta al 5-15% de mujeres en edad reproductiva.
Las mujeres que padecen endometriosis sufren de dolor severo difuso y mal localizado, principalmente a nivel abdominal, y esta enfermedad también se ha asociado con infertilidad. Adicionalmente, las pacientes presentan dismenorrea (dolor pélvico durante la menstruación) y dispareunia (relaciones sexuales dolorosas) de forma frecuente, detalla la Dra. Mafer Arboleda.
“Algunos tratamientos que se utilizan para controlar los malestares que produce la endometriosis muchas veces no logran controlar el dolor”, añade la Dra. Mafer. Las mujeres con esta patología presentan alteración en los niveles de cannabinoides endógenos y tienen menos receptores cannabinoides tipo 1 (CB1) a nivel del tejido endometrial, lo que implica que el sistema endocannabinoide está íntimamente relacionado con la enfermedad. En este sentido, la modulación del sistema endocannabinoide, un sistema con el cual contamos todos los seres humanos, puede tener un impacto en el desarrollo de la enfermedad y en el manejo del dolor.
Con base en una encuesta[1] realizada en 2017 en Australia a mujeres con endometriosis, que buscaba determinar la prevalencia de uso, seguridad y calificación de medidas comunes para el manejo de los síntomas, mostró mayor efectividad para controlar el dolor con el uso de cannabis medicinal, principalmente con productos enriquecidos en cannabidiol (CBD).
Otro sondeo[2] realizado en Nueva Zelanda en 2019 demostró que el cannabis medicinal sirvió para aliviar el dolor (95.5%), mejorar la calidad de sueño (95.5%).; además de que un 81.4% indicó que el cannabis medicinal ayudó a reducir las dosis de otros medicamentos convencionales, y hasta el 40% lograron suspender las dosis de opioides.
Aunque lo presentado en estas encuestas es alentador y prometedor, y algunas investigaciones en animales apoyan el uso del delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) para el manejo de los síntomas asociados a la endometriosis, es importante tener en cuenta que todavía hace falta más exploración en humanos que confirme el efecto terapéutico de los cannabinoides en esta condición médica.
La vulvodinia se trata de un dolor crónico del área que rodea la abertura de la vagina, que afecta aproximadamente al 28% de las mujeres a lo largo de su vida. Su causa es generalmente desconocida, pero se cree que es multifactorial y se asocia con inflamación y proliferación de nociceptores (receptores del dolor) en esta zona conocida como vulva, y que se refiere al conjunto de los órganos genitales externos de la mujer (labios mayores y menores vaginales, clítoris, abertura vaginal y orificio uretral por el cual sale la orina).
El dolor es por lo general punzante, quemante y puede producir ardor en: alguna zona particular y localizada de la vulva, de forma generalizada (afectando toda la vulva) o de forma mixta (localizada y generalizada). Tanto el contacto sexual (penetración vaginal) como el contacto no sexual (ropa interior, tampones, etc.) pueden producir dolor, lo que afecta en gran medida el bienestar de la persona.
Algunos tratamientos sugeridos consisten en reducir el contacto con irritantes como detergentes y jabones, utilizar ropa interior de algodón y evitar la ropa apretada. También se recomiendan analgésicos tópicos e inyecciones (ej. lidocaína o Toxina Botulínica también conocida como Botox), medicamentos para el manejo del dolor por vía oral, otras medidas más invasivas como la cirugía a nivel de la vulva, entre otras opciones.
“Aunque aun hace falta más investigación, otra alternativa de tratamiento que se podría agregar al manejo convencional, es el cannabis medicinal, el cual, por su efecto antiinflamatorio e impacto sobre el dolor crónico neuropático, podría ayudar a mejorar el dolor asociado con las relaciones sexuales (dispareunia) y ser un adyuvante en el alivio del dolor crónico asociado a la vulvodinia”, refiere la Dra. Mafer arboleda.
A pesar de que, conforme en una encuesta[1] realizada a 38 mujeres con vulvodinia, la expectativa de que el cannabis puede reducir el dolor es muy alta, sobre todo para el control de la dispareunia y el dolor asociado con el uso de tampones, aún faltan estudios clínicos controlados que confirmen el efecto terapéutico de los cannabinoides en este contexto.
Entre las mujeres es muy frecuente haber padecido alguno de los síntomas físicos y emocionales que se observan con el síndrome premenstrual: dolor abdominal, articular, pélvico, muscular, cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales, entre otros.
Aunque se ha visto de forma anecdótica que el cannabis medicinal puede contrarrestar todos los síntomas anteriores, todavía faltan estudios clínicos que confirmen el efecto terapéutico de los cannabinoides en esta condición que afecta a aproximadamente al 65-70% de las mujeres.
Como dato curioso, algunos informes indican que a mediados del siglo XIX la reina Victoria padecía de una menstruación dolorosa y, al parecer, fue tratada con tinturas preparadas con cannabis por uno de sus médicos personales, Sir John Russell Reynolds. Aunque, hay algunos historiadores que consideran que hay datos imprecisos al respecto.
Estudios preclínicos en animales han concluido que el THC, y su principal metabolito activo (11-OH-THC), ha mostrado ser más potentes en ratas de sexo femenino en investigaciones y modelos relacionados con el dolor.
Estos estudios también sugieren que las ratas femeninas presentan mayor efecto analgésico con la administración de THC, lo que quiere decir que desarrollan un mejor control del dolor con este cannabinoide.
“Se produce entonces un mayor efecto de antinocicepción en las ratas de sexo femenino, lo que quiere decir que hay una menor sensibilidad ante estímulos dolorosos cuando se administra THC”, explica la Dra. Mafer.
Es importante resaltar que aún no hay estudios en humanos que confirmen las diferencias en la eficacia de los cannabinoides de acuerdo con el sexo, aunque pareciera haber diferencias en algunas condiciones clínicas específicas.