¿CÓMO PREVENIR LA PRINCIPAL CAUSA DE MUERTE EN MUJERES?
A pesar de que es uno de los tipos de cáncer con menor tasa de mortalidad, se estima que cada minuto muere una mujer en el mundo a causa de cáncer de mama. Conscientes de que la mayor arma que tenemos para luchar contra esta enfermedad que se cobra millones de vidas de mujeres en el mundo es la prevención y la detección temprana, desde hace años octubre se ha convertido en el “mes rosa” con el fin de crear consciencia sobre esta difícil condición médica.
Sin embargo, y aunque es un mensaje muy extendido, al día de hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala al cáncer de mama como la principal causa de muerte por cáncer en mujeres. En el 2020 se diagnosticó esta enfermedad a 2,3 millones de personas a nivel mundial, y 685,000 fallecieron por esta causa. A fines del mismo año, 7,8 millones de pacientes que habían sido disgnosticadas en los cinco años previos seguían con vida, lo que hace que este cáncer sea el de mayor prevalencia en el mundo.[1]
En México se dectan más de 23 mil casos nuevos al año y se estima que ocurren 6 mil muertes anualmente, lo que significa que mueren 18 mexicanas al día. Aunque el 45% de estos casos se manifiestan en pacientes de entre 50 y 59 años, ocurre en promedio en mujeres 10 años más jóvenes de lo que se observa en otros países. Además, esta enfermedad se puede manifestar desde la pubertad, lo que magnifica la importancia de la prevención[2]. Solo 1 de cada 3 mujeres es diagnosticada en etapas tempranas, cuando el 95% de los casos podrían ser curables si este cáncer se detectara a tiempo y fuera tratado adecuadamente.
[1] Organización Mundial de la Salud (OMS). Artículo Cáncer de Mama. Fecha de consulta: 28/09/2021.
[2] Organización Mundial de la Salud (OMS). Artículo Cáncer de Mama. Fecha de consulta: 28/09/2021.
Las causas exactas que originan el cáncer de mama todavía son desconocidas, al igual que sucede con otros tipos de cáncer. Algunos de los factores de riesgo se relacionan con ciertas alteraciones hormonales y genéticas. Por ejemplo, las mutaciones (cambios o modificaciones) de genes como el BRCA1, BRCA2 o PALB2 son responsables, en ciertos casos, de esta predisposición genética.
CUANDO EL AUTOCUIDADO SALVA VIDAS
Con el fin de crear conciencia y otorgar apoyo a mujeres que padecen esta enfermedad, desde hace 18 años Alejandra de Cima, sobreviviente de cáncer de mama –que le fue diagnosticado a los 30 años– y filántropa, creó Fundación Cima, sobre cuya historia conversó con la Dra Mafer Arboleda en este ‘Live’ en YouTube e Instagram.
Uno de los temas más interesantes discutidos durante la charla fue: si existe la información sobre la importancia de la autoexploración y la pronta detección ¿por qué no lo hacemos? Según explica Alejandra de Cima, hay diferentes razones, como esa de pensar que a ti no te va a pasar, también porque solemos asumir que ser joven es sinónimo de salud. Sin embargo, una de las razones más comunes es porque nos da miedo el diagnóstico, lo cuál es normal. Por eso, la mayor recomendación es no evitar los chequeos –aunque a veces sea inevitable postergarlos un poco– y conocer el propio cuerpo, para notar los verdaderos cambios.
¿Pero qué significa una pronta detección del cáncer de mama, y por qué se dice que el autocuidado puede llegar a salvar vidas? Tanto la OMS, como la Sociedad Americana de Cáncer de los Estados Unidos (American Cancer Society), y la Fundación Cima dan diferentes recomendaciones para la detección temprana y a tiempo de esta enfermedad.
En la detección del cáncer de mama sí hay un temprano y un tarde: si se encuentra en etapa 1 o 2, esto se llama temprano; si se encuentra en etapa 3 o 4, cuando ya hay metástasis, podríamos decir que es tarde. Por eso, es fundamental y muy importante realizar paso a paso la triada del autocuidado que consiste en:
Es importante recordar que se debe de acudir a un médico especialista en oncología, de forma inmediata, si se encuentra una BOLITA, cuando se vean cambios en la forma de alguno de los senos, en el pezón, salida de líquido o sangre por el pezón, cambios en la coloración o textura de la piel.
CÁNCER DE MAMA Y CANNABIS
Según se ha estudiado en diversas investigaciones clínicas, los cannabinoides como el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD) pueden ser una herramienta muy útil en el control de síntomas, tanto los producidos por el cáncer, como los que están asociados a los efectos secundarios de los tratamientos, incluyendo: el dolor, las náuseas y el vómito secundarios a la quimioterapia, y la falta de apetito, por mencionar algunos. Esto es importante porque estos síntomas son, en muchos casos, tan severos que los pacientes deciden abandonar su tratamiento.
Es justamente el THC el compuesto que más se ha estudiado para incrementar el apetito, por ese efecto al que coloquialmente se le conoce como “monchis” cuando se utiliza el cannabis para fines no medicinales o “recreativos”, hoy conocido como consumo de uso adulto, y que se refiere al hambre que puede generar el THC después de consumirlo. Este efecto puede ser positivo y apoyar en el manejo de la anorexia o la falta de apetito en pacientes con cáncer. Tambien, este cannabinoide es el que va a controlar las náuseas y el vómito secundarios a la quimioterapia, y el insomnio, que muchas veces se asocia al dolor y a otros síntomas producidos por el cáncer.
Por su parte, el CBD puede ser útil para el control de la ansiedad que afecta frecuentemente a los pacientes con cáncer. En un estudio realizado en Reino Unido a 119 personas con cáncer avanzado (incluidas mujeres con cáncer de mama), el 92% de las personas que recibieron CBD sintético de calidad y grado farmacéutico (diferente a los productos artesanales que se consiguen hoy en la mayoría de mercados ilegales), mostraron reacciones positivas como reducción de las células tumorales o del tamaño del tumor.[3] Sin embargo, esto no significa que haya un impacto en la sobrevida y que por lo tanto podamos decir que “el cannabis cure el cáncer”. A la fecha, el tratamiento con cannabinoides se enfoca en el control de síntomas de forma complementaria o como adyuvante de los tratamientos convencionales.
Es por todo lo anterior que, aunque el cannabis ha sido un gran aliado en el manejo de pacientes con cáncer de mama, todavía falta desarrollar evidencia de buena calidad que indique qué cannabinoides son los indicados, qué dosis es la que se debe administrar, y qué ciclos de tratamiento se deben cumplir. Por lo tanto, todavía no se cuentan con los datos que respalden el uso de cannabinoides como agentes antitumorales.
[3] Kenyon, J.: Report of Objective Clinical Responses of Cancer Patients to Pharmaceutical-grade Synthetic Cannabidiol. Anticancer research 2018. 38(10):5831-5835. doi: 10.21873/anticanres.12924.